"Tocar de espaldas al mar en el escenario es extraordinario": conocimos al líder de Danakil, Balik, antes de su actuación en Juan-les-Pins

Mathieu Fauré Publicado el 07/04/2025 a las 18:30 horas, actualizado el 07/04/2025 a las 18:30 horas.
Para su 28.ª edición, el Big Reggae Festival de Juan-les-Pins no se quedó atrás. En 2024, se pidió a los aficionados que eligieran su cartel ideal y, en función de los presupuestos y la disponibilidad de los artistas seleccionados, los directores artísticos del evento se comprometieron a respetar sus deseos.
Así pues, en el calor de un jueves de julio, en el que había que sortear los rayos de sol buscando la más mínima brisa, el cartel era impresionante: Groundation, Third World, Mortimer y, sobre todo, Danakil.
La banda de Marly-le-Roi (en la región parisina) es lo que llamamos los padrinos del reggae francés. Estos chicos llenan los Zeniths y las giras con letras humanistas y comprometidas que no son ni didácticas ni autoritarias.
El pasado mes de abril, su nueva obra, Demain peut-être , fue relanzada en versión "reload", lo que permitió a los fans de toda la vida redescubrir algunos títulos emblemáticos como La démocratie balbutie , Ombre et lumière , Ça va ça vient y Marie-Antoinette .
Danakil es un colectivo, engrasado, unido, acostumbrado a moverse junto con el cantante Guillaume Basile, alias Balik. Su voz es serena y segura, y bajo un sol radiante, encontramos a Balik con un magnífico atuendo que rinde homenaje al legendario álbum del grupo Wu-Tang Clan... 36 Chambers .
"Dormimos en las playas"Unas horas antes de subir al escenario en el Gould Pine Forest, con el mar Mediterráneo de fondo, el carismático líder de la banda repasó la trayectoria de un grupo que se ha consolidado como un referente natural en un movimiento musical nacido del ska y el rocksteady, y que echó raíces en Jamaica. Es evidente que en Europa, Francia es un auténtico paraíso para el reggae.
"Hay muchas bandas de reggae en Francia, hay un gran público, festivales, una verdadera conciencia, un público particular", explica Balik. "Porque creo que es música consciente. La gente siempre ha necesitado, especialmente ahora, conectar con cosas más concretas en el mensaje, en el intercambio", analiza Balik. "Es realmente lo que yo llamo música consciente y militante, pero no solo eso. También es música festiva, que canta al amor, a la decepción, pero siempre con un trasfondo, una búsqueda de progreso. No es música de variedades, ni entretenimiento, al menos no solo eso".
¿Quieres jugar en Centroamérica y Sudamérica?Este rol social del reggae fue lo que captó la atención del joven Guillaume Basile en su adolescencia. Y así fue como un grupo de amigos, todos amantes de la misma música y de Bob Marley, decidieron formar una banda. Veinticinco años después, la banda ha madurado.
Lo más fácil hoy es que estamos en mejores condiciones. (Risas) Durante 10 años, tocamos gratis, prácticamente con diez centavos. Salíamos en Twingo, teníamos justo para pagar la gasolina, dormíamos en sacos de dormir en la playa, a veces con el susto matutino porque la máquina pisadora de arena estaba cerca. Condiciones que ya no podríamos soportar ahora, con nuestras espaldas de cuarenta y tantos. Pero seguimos teniendo ganas de girar, de viajar, porque crecimos paso a paso y juntos. Pasamos de los sacos de dormir en la playa a las colchonetas en la playa, al pequeño albergue juvenil, del Twingo a la Sprinter, y luego al autobús turístico.
Al fondo, Balik aprecia el entorno de la Riviera, pero admite soñar con destinos exóticos para conciertos: Costa Rica y Brasil. Mientras tanto, el bosque de pinos de Gould tenía un aire a Copacabana.
Acostumbrado a llenar salas todo el año, Danakil se convierte en festivalero durante el verano. Y este cambio anual no desagrada a Balik, el líder de la banda.
El resto del año, tocamos en una sala, así que tocar en una sala con público que viene a ver a la banda en un concierto de dos horas es realmente diferente. En cuanto a la afluencia, por lo general, hay un poco menos, entre 900 y 2000 personas, mientras que en un festival, la afluencia es de entre 3000 y 20 000, dependiendo de la sala. Además, el público también es diferente: en Juan-les-Pins, por ejemplo, están Groundation, Mortimer, Third World; hay gente que viene a ver a todas estas bandas, así que es un poco diferente. Por otro lado, el entorno influye. Aquí, en el pinar de Gould, vamos a tocar de espaldas al mar en el escenario; sigue siendo extraordinario. Tocamos así hace tres semanas en Sète, en el Théâtre de la Mer; le da un toque especial al ambiente general.
La otra gran diferencia entre tocar en un festival y no en una cita "personal" es la duración del concierto. "Tocamos una hora, mientras que cuando estamos en un recinto tocamos dos horas", continúa Balik.
No es fácil encontrar un repertorio de una hora; siempre es un largo debate interno entre nosotros. Tenemos algunas canciones esenciales que sabemos que tenemos que tocar y luego intentamos encontrar el equilibrio perfecto. En los festivales de verano, intentamos incluir canciones un poco más dinámicas, con más ritmo. En Sète, dimos un concierto muy roots; intentamos mantener este espíritu a la vez que una mezcla de canciones que invitan al baile. Tenemos que lograr el equilibrio perfecto entre ser quienes somos y, al mismo tiempo, crear el ambiente perfecto para el repertorio, porque es una noche de verano y la gente tiene ganas de fiesta.
Nice Matin